Las personas que dirigen mejor sus vidas hacen una lectura de los hechos que, junto a la experiencia acumulada les capacita para predecir y aconsejar bien. Son visionarios y el tiempo los pondera puesto que al rescatar sus pensamientos, comprobamos que estaban en lo cierto. Sus decisiones fueron altamente creativas y sorprendentes con las consiguientes dudas de quienes no han tenido esta habilidad de ver más allá del momento siguiente. Pero aún con esta cualidad, para poder asegurar el futuro de la empresa hay que tener en cuenta el ambiente en el que a diario se convive y los recursos reales e inmediatos con los que cuenta la empresa.
Hay otro tipo de jefes que tienen categoría de genios son los que obran verdaderos milagros con pequeñas pero cruciales aportaciones. Son personas que tienen percepción sistémica.
En la escena de la película que os comparto al final de esta reflexión lo explica muy bien.
Adelanto :
En dicha escena, el personaje interpretado por Will Smith ayuda al desconcertado y desconectado jugador de golf, a que amplíe su visión, para que no se centre en lo aparente y superficial, y descubra la grandeza de lo sutil, lo cuasi imperceptible, los detalles que, estando presentes, ayudan a conectar y conectarnos a un nivel más profundo. El lugar donde cada uno “somos”.
Una empresa que cuente con jefes con percepción sistémica tiene muchas oportunidades de progresar y ser puntera. No solo analizan los recursos que tienen sino todas las interrelaciones del medio en el que actúan.
¿Qué nos aporta a la educación la percepción sistémica?
Llevamos ya varias décadas que diversas corrientes vinculadas a la pedagogía crítica y la sociología de la educación vienen expresando su preocupación por el estudio de los fenómenos educativos desde una visión mecanicista y fragmentada que no tienen en cuenta el conjunto de factores que influyen en el desarrollo del niño, con su máxima expresión en la medida de la inteligencia.
Los detractores de los test de inteligencia tienen un fundamento compartido con el pensamiento sistémico, ni más ni menos que el pensamiento holístico ( visión de conjunto) que sienta las bases de una revolución científica basada en la ecología profunda, término atribuido a Naess (1973), La ecología profunda es una filosofía que considera a la humanidad parte de su entorno, proponiendo que los cambios que se quiere introducir, por ejemplo en educación o en salud, tienen que producirse también en política,en lo social y económico e incluso en la cultura.
Rimari (2003) sostiene que la innovación sería definida como el ingreso de algo nuevo en lo que se hace por costumbre.
Monereo (2007), recomiendan: “no introducir innovaciones educativas muy alejadas de la realidad del centro educativo o proyecto académico, sino que estas mismas surjan a partir de iniciativas ya planteadas por la institución y que reconozcan la complejidad de las dinámicas particulares y generales que giran en torno a las problemáticas que pretenden atender”.
Si la educación representa una de las principales plataformas para el desarrollo humano, desde este marco conceptual, toda iniciativa de innovación educativa deberá contemplar una visión de desarrollo humano integral, ya que entiende al ser humano y el fenómeno de la vida desde una perspectiva global.
Fuentes :
Giovanni Sánchez Chacón, Revista Ensayos Pedagógigos. Volumen XI, N. 1, Enero-Junio 2016 (ISSN 1659-0104) URL: http://www.revistas.una.ac.cr/ensayospedagogicos
Rimari, W. (2003). Guía para la formulación de proyectos de innovación educativa. Lima, Perú: Asociación Cultural San Jerónimo.
Imbernon, F. (1996). En busca del discurso educativo. La escuela, la innovación educativa, el curriculum, el maestro y su formación. Buenos Aires, Argentina, Magisterio del Río de la Plata.
Monereo, C. (2007). La evaluación auténtica de competencias: Posibles estrategias. Recuperado de http://www.sinte.es/carlesmonereo/?page_id=101